Desde mi punto de vista, este mito es uno de los más llamativos que existen, y por eso da nombre a este blog. Pensaba que era cosa de niños, pero hace unos pocos meses lo oí en boca de un adulto, así que supongo que es un mito que necesita ser desmontado. Por otra parte, cuando me puse con este post, busqué en google por curiosidad y me encontré con esto. Así que ahora sí estoy seguro de que es un mito que debe ser desmontado.
Para los impacientes, ahí va una respuesta corta:
No.
Para los que quieran saber un poco más, la respuesta larga:
¡¡¡NOOOOOO!!!
En primer lugar, siempre hay que tener presente que, en la actualidad, los alimentos que se producen y consumen en España están elaborados con ingredientes y aditivos seguros para la salud. Existen leyes que se ocupan de ello y sistemas de control, mecanismos e instituciones que se encargan de que éstas se cumplan. En otra ocasión os hablaré sobre ello de forma más extensa: cómo se autoriza un aditivo para su inclusión en un alimento, qué son los códigos que aparecen en las etiquetas y ese tipo de cosas.
Pues bien, como podéis suponer, el petróleo no es un alimento, ni se emplea como ingrediente para la elaboración de alimentos. Ninguna legislación alimentaria lo recoge como tal.
¿Qué es el petróleo?
Pues bien, como podéis suponer, el petróleo no es un alimento, ni se emplea como ingrediente para la elaboración de alimentos. Ninguna legislación alimentaria lo recoge como tal.
¿De dónde salió la idea de que las gominolas están hechas con petróleo?
Pues la verdad es que no tengo ni idea sobre cuál es el origen de este mito. Supongo que la gente asoció las gominolas con el petróleo debido a su particular textura. Puede ser también que el mito se lo inventaran los padres para que sus hijos no comieran tantas gominolas (tienen mucho azúcar y además eso de comer golosinas entre entre horas estropea las comidas…): hasta un niño sabe que el petróleo es tóxico y que no se come, así que si papá y mamá le dicen que las gominolas están hechas con eso seguro que se le quitan las ganas de comerlas.
¿Hay algo cierto en todo esto?
Lo único cierto es que el petróleo está formado por multitud de sustancias tóxicas y no es comestible. Desde luego, las gominolas no están hechas con petróleo y nunca lo estuvieron. Tampoco están hechas con ningún derivado del plástico, como he leído por ahí.
Entonces, ¿por qué tienen las gominolas esa textura?
Cuando pensamos en una gominola, lo primero que se nos viene a la cabeza es su textura gomosa (además de su sabor dulce y/o picante y sus variados colores). Su textura, similar a la de la goma, es tan característica que le da nombre a estos chuches. Para conseguir esta textura, se pueden emplear unas sustancias que se conocen con el nombre genérico de gelificantes y otras que se conocen con el nombre de espesantes.
Gelificantes y espesantes se emplean en todo tipo de alimentos para lograr que tengan la textura deseada. Las sustancias que se emplean como gelificantes y espesantes son principalmente proteínas (como proteínas de soja, proteínas lácteas, colágeno), polisacáridos o hidrocoloides (almidones, celulosas y gomas, como carragenatos, alginatos y pectinas).
Como ya hemos dicho, lo que caracteriza a una gominola es su textura (por lo que debe tener gelificantes o espesantes), su sabor dulce (por lo que tendrá edulcorantes) y sus colores (por lo que tendrá colorantes).
Veamos casos reales…
He bajado al quiosco de la esquina y me he gastado unos euros en tres bolsas de gominolas. Veamos de qué pasta están hechas (por cierto, de los códigos E ya hablaremos otro día. Actualización: aquí tienes algo de información sobre ello):
– Edulcorantes: jarabe de glucosa y azúcar. Dan sabor dulce y permiten que el producto se conserve durante mucho tiempo.
– Acidulante: ácido cítrico (E-330). Aumenta la acidez del producto, lo que implica un mayor sabor ácido y también una mejor conservación. Se añade para conseguir la textura adecuada.
– Aromas naturales y artificiales: sustancias que dan sabor y olor a las gominolas
– Corrector de acidez: citrato sódico
– Colorantes: tartracina (E-102) que da color amarillo, rojo allura (E-129) de color rojo, azul brillante (E-133) de color (¿adivinas?) azul, dióxido de titanio (E-171) de color blanco
Los ingredientes implicados en la textura: almidón, gelatina, harina.
El resto de los ingredientes:
– Edulcorantes: azúcar, jarabe de glucosa
– Acidulante: ácido cítrico (E-330)
– Aromas
– Colorantes: tartracina (E-102) de color amarillo, amarillo anaranjado (E-110) de color amarillo, azorrubina (E-122) de color rojo, rojo cochinilla (E-124) de color rojo, azul patente (E-131), carbón vegetal (E-153) de color negro, caramelo amónico (E-150C) de color marrón
– Agentes de recubrimiento: ceras vegetales, cera de carnauba. Recubren las gominolas para le aspecto mate y evitan que sean pegajosas.
– Edulcorantes: Jarabe de glucosa, azúcar
– Acidulantes: Zumo de limón, ácido cítrico
– Aromas naturales
– Concentrados vegetales: se utilizan como colorantes naturales
– Agente de recubrimiento: cera de abejas
La textura de las gominolas
– gelatina: la gelatina es un coloide formado por proteínas. Se obtiene a partir del colágeno presente en el tejido conectivo animal. En un próximo post os lo contaré con detalle. (Actualización: lo puedes ver aquí).
– almidón: es un polisacárido formado por amilosa y amilopectina que se extrae a partir de las plantas.
– pectina: la pectina es un polisacárido o hidrocoloide. Es un gelificante de origen vegetal que se extrae principalmente a partir de manzanas y cítricos. Esta propiedad se aprovecha en la elaboración de mermeladas, por ejemplo.
– harina: como la etiqueta no especifica de qué harina se trata, se entiende que es harina de trigo. Todo aquél que haya tratado de espesar un caldo sabe que con harina se consigue fácilmente. Está formada principalmente por almidón.
Lo que hacen estas sustancias es básicamente retener agua. Así se consigue la textura deseada. En otra ocasión veremos cómo actúan los espesantes y los gelificantes.
Como habréis podido observar, el petróleo no aparece por ningún lado, así como ninguno de sus derivados (alquitrán, fueloil, plásticos, etc.).
Por otra parte, igual os ha llamado la atención la presencia de aditivos con nombres extraños. Como os decía al principio del post, todos los aditivos que se emplean en la actualidad han pasado exhaustivos controles para comprobar que no son peligrosos para la salud de las personas que los ingieren, aunque sean tan raros como el carbón vegetal.
Conclusión
Podéis comer gominolas tranquilamente, pero eso sí, con moderación, que tienen mucho azúcar.
Actualización
Como ya se ha visto, el ingrediente principal de las gominolas es el azúcar, al que se añaden gelificantes para dar textura, y aromas y colorantes para dar sabor, olor y color.
– jarabe de glucosa y azúcar: ingredientes principales, con los que se consigue el sabor dulce.
– gelatina: gelificante que se añade para conseguir la textura deseada. Para formar lo que se llama un “gel”.
– ácido cítrico: es un ácido orgánico presente sobre todo en los cítricos, como su nombre indica, que se emplea como aditivo para mejorar la formación de los geles (ya hablaremos de eso en otra ocasión).Entre el resto de los ingredientes, destaca la bolsa número 3, que contiene zumo de limón (3%), aromas naturales, y concentrados vegetales como colorantes. Ésta parece ser la mejor opción. Sin embargo, no se puede hacer una comparación rigurosa de las tres composiciones sin conocer la proporción de cada uno de los ingredientes. (Solamente podemos saber que, por ejemplo, la bolsa 1 tiene más gelatina y menos almidón que la bolsa 2 por su orden en la lista de ingredientes).¿Qué aditivos son los “malos”?
Ninguno es “malo” por sí mismo. Al igual que ningún alimento es perjudicial en sí mismo. Todo depende de la frecuencia y la cantidad de consumo. En cuanto a colorantes y aromas, en principio es preferible elegir aditivos naturales frente a aditivos artificiales, aunque ninguno de ellos es perjudicial para la salud.
Suerte, Papyrus en esta aventurilla…
Quiero recibir explicaciones fundadas acerca de por qué me dan ardor de estómago las coles de Bruselas o qué pegamento llevan los caramelos de Viuda de Solano para que se queden acoplados a los piños de semejante manera.
Ah, no sé si es mito o no, pero he oido que en León se concentra el mayor número de cánceres de colon per cápita (jur, jur) debido a que zampamos mucho pimentón y muchos alimentos ahumados… dime algo, por dios, que estoy en un sinvivir…