Durante los años ochenta del siglo XX (dicho así parece que ha pasado más tiempo aún), dos grandes mitos rondaban por los patios de los colegios: el primero de ellos era el que aparecía en el post anterior. El segundo es ese que dice que no hay que tragarse los chicles porque se pegan a las tripas (nombre común de los intestinos, como todo el mundo sabe).
Pero, ¿es verdad que los chicles se pegan a las tripas?
Respuesta corta: No. El ingrediente más característico de los chicles es la goma base, que está elaborada con gomas naturales o sintéticas que no son digeribles por el organismo. Así, un chicle ingerido pasa a través del tracto digestivo sin provocar ningún daño y es expulsado como cualquier otro alimento. Por otra parte, si la cantidad ingerida fuera muy elevada, podría producirse una obstrucción intestinal. Esto es, en mi opinión, lo que podría haber dado origen al falso mito. Para explicar mejor esta respuesta, es necesario contestar a la siguiente pregunta:
¿De qué está hecho un chicle?
Veamos un ejemplo:
Entre los ingredientes de un chicle, la mayor proporción corresponde a los edulcorantes, que constituyen alrededor de un 60% sobre el peso total. Sin embargo, el ingrediente más importante, a pesar de que solamente está presente en un 20% aproximadamente, es el que le da al chicle su masticabilidad característica y hace que sea posible formar pompas: la goma base.
¿Qué es la goma base?
Como su nombre indica, es una sustancia gomosa, que prácticamente carece de sabor y que sirve como “soporte” para añadir los ingredientes que dan al chicle el resto de atributos deseados, como un determinado sabor, sensación de frescor, etc. (Básicamente es lo que queda de un chicle después de masticarlo durante horas y horas, cuando ya ha perdido todo el sabor y el frescor).
¿De qué está hecha la goma base?
La composición de la goma base es como el secreto de la coca-cola, ya que de ella depende en gran medida la calidad del chicle: su elasticidad y masticabilidad (en definitiva, su textura), su capacidad para formar pompas, la duración de su sabor, etc. Por ello, cada marca de chicle tiene su propia fórmula secreta para la goma base, que utiliza a la hora de elaborar su producto. Así, solamente se pueden conocer los compuestos permitidos para la elaboración de la goma base, pero no cuáles de entre todos ellos utiliza cada marca y en qué proporción. Veamos cuáles son estos compuestos.
La legislación española permite los siguientes:
1. Gomas naturales: son polisacáridos gomosos que se extraen de la savia de algunas plantas. Una de ellas es la que le da nombre a la goma de mascar: Manilkara zapotilla o Manilkara chicle (la palabra chicle proviene del náhuatl «tzictli»). A continuación aparece una lista de las gomas permitidas y las plantas de las que se extraen:
Familia de las Sapotáceas:
- Chicle: Manilkara zapotilla o Manilkara chicle.
- Chiquibul: Manilkara zapotilla.
- Groen Gus: Manilkara zapotilla o Chicle.
- Gutta Hang Kang y: Palaquium leiocarpium y.
- Gutta Katian: Palaquium eblogifolium.
- Massaranduba chocolate: Manilkara solimoesensis.
- Massaranduba balata: Manilkara huberi.
- Níspero: Manilkara zapotilla o Chicle.
- Rosindinba: Micropholis.
- Chicle de Venezuela: Manilkara williamsi.
Familia de las Apocináceas:
- Jelutong: Dyera costulata o Dyera lowii.
- Couma macrocarpa.
- Pendaro: Couma macrocarpa o Couma utilis.
- Perillo: Couma macrocarpa o Couma utilis.
Familia de las Moráceas:
- Brosimum utile.
- Niger gutta: Ficus platyphilla.
- Tunu: Castilla fallax.
Familia de las Euforbiáceas:
- Chilte: Cnidoscolus elasticus y Cnidoscolus tapiquensis.
- Goma natural: Hevea brasiliensis.
Todas estas gomas forman parte de lo que se llama fibra soluble. La fibra soluble no es digerible por el intestino, pero es capaz de ser fermentada por algunos de los microorganismos que forman parte de la microbiota intestinal.
2. Gomas sintéticas: son polímeros que se sintetizan industrialmente mediante procesos bioquímicos. Estos compuestos tampoco son digeribles por el organismo.
- Copolímero de butadieno-estireno.
- Copolímero de isobutileno-isopreno.
- Polietileno.
- Poliisobutileno.
- Copolímero de acetato de vinilo y laurato de vinilo.
- Acetato de polivinilo.
3. Otros ingredientes: se utilizan como agentes de recubrimiento y/o para mejorar las características de los anteriores.
- Resinas terpénicas naturales y sintéticas.
- Ester glicérido de la colofonia.
- Ester glicérido de la colofonia parcialmente hidrogenada.
- Ester glicérido de la colofonia hidrogenada.
- Ester glicérido de la colofonia parcialmente dimerizada.
- Ester glicérido de la colofonia polimerizada.
- Ester de la colofonia y pentaeritrol.
- Ester de la colofonia y pentaeritrol parcialmente hidrogenada.
- Esteres glicéridos, pentaeritridos y metílicos de la colofonia.
- Esteres glicéridos, pentaeritridos y metílicos de la colofonia parcialmente hidrogenada.
- Cera candelilla.
- Cera carnauba.
- Cera de cascarilla de arroz.
- Cera de abeja.
- Parafina refinada natural.
- Ceras microcristalinas refinadas.
- Parafina de síntesis refinada (método Fischer-Tropsch).
- Cera de polietileno (peso molecular entre 500 y 1.200).
- Carbonato cálcico (Piedra caliza molida).
- Silicato de magnesio (Talco).
- Grasas y aceites vegetales hidrogenados o parcialmente hidrogenados.
Por supuesto, ninguno de los compuestos enumerados anteriormente es tóxico, a pesar de que algunos tienen nombres que pueden asustar a alguien.
Entonces ¿los chicles se pegan a las tripas o no?
De igual forma que el chicle no se pega a las paredes de la boca, tampoco se pega a los intestinos. Sin embargo, cuando hacemos una pompa, algunas veces se pega a los labios ¿Por qué? Esto se debe a que al estar fuera de la boca, en contacto con el aire, el chicle pierde humedad y se vuelve más pegajoso, antes de endurecerse.
En resumen, se puede decir que no es peligroso tragarse un chicle. Simplemente no es digerido por el organismo (aunque algunos de los compuestos que contiene son fermentados por la flora intestinal). Así, si sólo nos tragáramos un chicle no sufriríamos ningún efecto apreciable, de manera que pasaría a través del tracto digestivo sin provocar daño alguno ni pegarse a sus paredes, y sería expulsado como cualquier otro alimento. Sin embargo si nos tragáramos muchos chicles, seguramente tendríamos muchos gases y el volumen de nuestras heces aumentaría considerablemente, hasta el punto de que podría producirse una obstrucción intestinal.
En el siguiente post seguiremos conociendo más cosas curiosas sobre los chicles.
Me gustó mucho este artículo. Aunque la verdad ya estoy con el trauma porque aún a mis casi 30 años soy incapaz de tragarme un chicle por temor a que se me "pegue de las tripas" como decían mis padres.