Los envases de los alimentos tienen mucha información, pero no toda es relevante. Hay publicidad, frases sugerentes, palabras que no significan nada… Para saber realmente lo que estamos comprando, deberíamos prestar atención a la información que sí es útil. Esta se encuentra en tres partes fundamentales de la etiqueta que, además, son obligatorias: la denominación legal de venta, el listado de ingredientes y la información nutricional. Te lo explicamos en detalle y con ejemplos. (Seguir leyendo en Consumer)
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