Vivimos rodeados de mitos y desinformación. Las redes sociales e internet han abierto un abanico infinito de posibilidades que nos permiten recibir impulsos constantemente sin ser realmente conscientes de si lo que consumimos es verídico, tiene fundamento o es un mero engaño del márketing. Aunque esta situación afecta a muchos aspectos cotidianos, la comida y la salud son dos de los más cruciales y a su vez contaminados.
Seguir leyendo la entrevista en El Periódico (por Begoña González)
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