Algunos alimentos cambian de reputación y los nutricionistas parecen no ponerse de acuerdo. ¿Por qué pasa esto? ¿Cómo debemos alimentarnos? ¿A quién deberíamos hacer caso?
Hay alimentos que hace unas décadas se consideraban saludables, pero cuyo consumo no aconsejan actualmente los nutricionistas. Y viceversa, productos que nos presentaban como “malos” para nuestra salud han acabado siendo recomendables. ¿Por qué pasa esto? ¿Nos podemos fiar de los consejos nutricionales o cambiarán dentro de unos años? (Seguir leyendo en Consumer)
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