El azúcar se ha convertido en el enemigo público número uno, debido a las implicaciones que su abuso puede tener sobre la salud. Esto ha llevado a muchas personas a recelar de todos los alimentos que tienen sabor dulce, como es el caso de la fruta deshidratada (pasas, dátiles, etc.). Pero ¿debemos evitar su consumo o estamos ante un alimento saludable? ¿Se puede equiparar a la fruta fresca o pierde nutrientes por el camino? En este artículo descubrimos qué características se mantienen y cuáles cambian con la deshidratación de la fruta y cómo este proceso influye en la calidad final del alimento.(Seguir leyendo en Consumer)
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