La venta de insectos para consumo humano está rodeada de mitos, que van desde supuestos peligros para la salud hasta teorías conspirativas
Desde que la Unión Europea dio luz verde a la comercialización de insectos como alimento, hace seis años, no han dejado de sucederse los bulos: unos aseguran que ya los comemos de forma encubierta en muchos alimentos, como los yogures de fresa, otros insisten en que comer insectos es peligroso para la salud, mientras que otros van más allá y defienden que el uso de insectos como alimento es un plan de las élites a nivel mundial para impedirnos comer carne, enfermarnos y tenernos bajo control. La realidad dista bastante de todo esto, pero es un buen ejemplo de cómo un bulo que parece inocente puede llevarnos a creer en teorías de la conspiración. (Seguir leyendo en El País).
Tienes queiniciar sesión para publicar un comentario.