No todos los aceites de girasol son iguales y algunos no son los más indicados para freír. Optar por un alto oleico es una buena solución, pero hay que fijarse bien en la etiqueta, porque muchos productos no son lo que parecen.
El precio del aceite de oliva no ha parado de aumentar en los últimos meses, debido fundamentalmente a la escasez de aceituna, motivada por varios años consecutivos de sequía. Para hacernos una idea, en la actualidad el litro de aceite de oliva virgen extra ronda los 12 euros, cuando hace no mucho costaba unos 4 euros. Ante esta situación, muchas personas han cambiado sus hábitos de consumo, reservando el aceite de oliva virgen extra para el consumo en crudo, como en ensaladas o en tostadas, y buscando otras alternativas a la hora de cocinar, especialmente cuando se trata de freír, que es la técnica culinaria en la que empleamos más cantidad de aceite. (Seguir leyendo en Consumer).
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